lunes, 1 de diciembre de 2008


Ya te escuché mucho, ahora escuchame vos a mí. Yo también probé, yo también estuve con otros flacos, pero decime una vez que yo te haya hecho sufrir a vos. ¿Lloraste por mi alguna vez? NO. Eso fue porque te cuide. Lo primero que sentí cuando los vi, los escuché, fue un gran dolor. Sentí que te perdía para siempre. ¿Y sabes qué bonito? Esta pendeja tiene mucha más calle que vos y que ella juntos. Me di cuenta que yo no perdí nada. Vos perdiste, cuando una persona que te quiere, te lastima, es como si el médico que debería curarte en realidad te enfermara. Perdés la confianza para siempre, perdés el respeto, y tarde o temprano, el amor. Hay cosas que se pierden y las encontras; hay cosas que una vez que las perdiste, las perdiste para siempre. Yo perdí muchas cosas en mi vida, una oficina de objetos perdidos llena tengo. Estás empezando a perder, primero me perdiste a mí, ahora vas a perder la ilusión, cuando esta flaca que no es una pendeja, se aburra del pendejo y te deje en banda. Recién ahí te vas a dar cuenta de lo que perdiste y de lo que nunca vas a recuperar.

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