martes, 12 de mayo de 2009


Nunca entendí a los yanquis, para ellos ser y estar se dice igual, 'to be' ¿Pero es lo mismo ser que estar? ¿Estar comprometido es lo mismo que ser comprometido? ¿Estar consiente es lo mismo que ser consiente? ¿Ser maldito es lo mismo que estar maldito? ¿Es lo mismo ser engañado que estar engañado? ¿Es lo mismo ser que estar? ¿Estar despierto es lo mismo que ser despierto? ¿Estar aburrido es lo mismo que ser aburrido? ¿Estar seguro no es lo mismo que ser seguro no? No es lo mismo estar resentido que ser resentido. Pero si estas resentido ¿No será porque de alguna manera lo sos? ¿Es lo mismo ser inseguro que estar inseguro? Estar inseguro es no tener certezas; pero ser inseguro es tener la certeza de que no valemos. Estar impactados no es lo mismo que ser impactados, pero a veces cuanto se parecen. Estar idiota uno se lo banca; pero ser idiota, no ¡Telón! Uno quiere ser; quiere ser el amor de alguien, el sueño de alguien, uno quiere ser alguien en la vida de esa persona que ama y ese deseo de ser, nos puede confundir, y no dejarnos ver que no somos, sino que estamos transitoriamente en la vida de alguien. Ser con alguien es muy diferente a estar con alguien. Por eso ser o estar NO es lo mismo.
Parece que llegó el otoño. El otoño… que estación inmunda realmente. Personalmente me deprime muchísimo porque ¿A quién le gusta el otoño? Mi madre diría ‘no hay tal crisis’ pero en este caso, amigos, creo que la hay. En otoño se marchitan las flores, las horas de luz se acortan, vienen los días fríos. El otoño llega sigiloso, casi sin avisar, despacha al verano y nos deprime a todos. Por que el otoño es triste. El otoño es sinónimo de nostalgia ¿Y qué es la nostalgia? El sufrimiento de recordar algo que tuviste, ya no tenés, ni vas a tener. La nostalgia es un viaje al pasado, a la niñez, al recuerdo de alguien que ya no está. En otoño los colores empiezan a morir. En otoño la vida se ve detrás de una ventana. En el otoño uno quisiera estar en otra parte. El otoño vuelve todo tan, tan… José Luís Perales. El viento, la lluvia, Perales y la nostalgia lo confirman amigos, llegó el otoño. Y otro tema bien meloso para este otoño, ‘Invierno’ de Reik. Algo adelantado, sí, pero bueno. El otoño nos avisa que se viene el invierno. El otoño no es un videoclip de Montaner ¿Ok? Ni es una propaganda de chocolate, con una pareja feliz, enamorada, que se aman, se besan, ella es mona, él es un bombón, no es así. El otoño es la vejez del año, es el ocaso de los sueños, es una porquería. El otoño, oh el otoño. Nos invade una angustia inexplicable, estamos como peluquero sin cepillo, perdidos. El otoño llega y va invadiéndonos poco a poco enfriándonos el alma y los sueños. El otoño nos encierra dentro de nuestra casa y dentro de nuestra alma. En otoño todo muere, falta tanto para que vuelva a renacer. El otoño es como el bucle, ni lacio, ni rulo, es algo indefinido. Terminó el calor pero no llegó el frío. El otoño huele a amenaza, es una brisa fría que presagia dolores. El año termina cuando empieza el otoño, es época de balance, y lo primero que uno cuenta es el debe. El otoño desconcierta, el otoño nos pone en aprietos. Por algo dicen que la primavera es el nacimiento, el verano la vida, el otoño la agonía y el invierno es la muerte.